Otra vez, quise tomar el rumbo del orgullo, mis palabras y mis gestos no coinciden, se estremecen con cada silbido, con cada latido que emite el destino, "te olvidaré" digo recurrentemente, destruyendo la torre de la certidumbre y fortaleciendo el campo de la nostalgia, el nudo de mi garganta no es simultáneo con el sentimiento que se aferraba a tí, ya no es sinónimo de añorar con alegría, el duelo de media noche me ansía, con los sentidos disipados me esperas, el día llegará tragandose por completo mi alma, decayendo en el abismo por pura gracia de esos ojos castaños con el toque justo de resplandor eterno, que penetra mi ser por completo.