Que se jodan todos los que idealizaron la vida en color rosa.
Estos últimos años en las que mi mayor fantasía era morir mientras dormía, me sentía el ser más incomprendido y triste del planeta casi comparando mis desgracias con las de un niño en medio de la guerra de Irak (mi egocentrismo en su máximo esplendor).
Entre mis alucinaciones por falta de sueño (sip por eso nunca pude morir dormida) empecé a relacionar los colores con la mismísima vida.
Donde solo existen blanco, gris, negro y el estúpido rosa.
El blanco por qué es lo más cercano a perfección, sin mancha, impecable, impoluto y quien sabe que más palabras del diccionario que son todo lo que yo nunca seré
El negro porque así se ve el hoyo en el que he caído y caigo repetidas veces cuando solo quiero desaparecer de esta realidad porque me es insuficiente, porque no soy blanco.
Y el gris porque eso soy ahora
Ni perfecta ni jodida
Nado sobre mi propia miseria, la miseria cuyos estándares altos me puse yo y como no los lograre me siento cómoda en mi propia mierda, aunque lloro 4 días de los 7 de la semana.
El gris es eso, sobrevivir.
Y el rosa.
Rosa.
Es todo lo que amaría ser.
Y como no lo soy ni lo seré.
Me odio más a mí que a el
IMPERFECTOS
