El chico se acercó dando pasos que parecían agraciados pasos de baile, mientras entre sus dedos sostenía su libreta de dibujos, la cual tenía hojas de papel de arroz algo manchadas por el material que ocupaba. Carboncillo y acuarelas, cuando la inspiración fluía no podía negar o apartar sus ganas de dibujar, así fueran borrones o bocetos sucios.
─━━┄ ¡Dios Khan! ─━━┄llamó una vez le encontró, sintiendo su corazón latir con emoción. Era el único que le agradaba en todo ese lugar, la mayoría de personas que había encontrado eran más cultos, sabían leer o contar, algo que él no tuvo el lujo de aprender ya que nació siendo esclavo y terminó como un cuncubino y bailarín exótico de un príncipe. ─━━┄ ¿Cómo está? Dios Khan, ¡Hice un dibujo de usted! Hubiera escrito su nombre pero no sé escribir. ─━━┄confesó como si nada, no sentía vergüenza de ello, pero si tristeza porqué le abstenía de muchas cosas; entre ellas ampliar sus conocimientos. Ladeó su cabeza, extendiéndole su cuaderno de dibujos.
─━━┄ ¿Los dioses comen también? Puedo invitarle algo de sushi, ¡tiene cara de que le puede gustar el sushi! O la comida china. ─━━┄mencionó riendo un poco, en busca de causar alguna reacción en él.