Pues yo creo que nosotros los escritores le ponemos un fragmento de nuestra alma a cada personaje... A veces es inevitables. Incluso en las tendencias nocivas, es porque muy dentro, en lo más profundo y oscuro de nuestro interior, esas tendencias fluyen naturales cuando estamos creando circunstancias en la trama. Sin embargo, algunos personajes, un número reducido, los más especiales, llegan de otra manera. A veces no tienen nada que ver con nosotros, son todo lo opuesto, la esencia del bien y de lo que quisiéramos ser pero no somos... Los que están al borde de la delgada línea que separa la realidad de la ficción. A mí me han llegado a través de sueños, he despertado y he tenido que plasmarlos porque la conexión es tan fuerte que no puede evitarse. A esos no les pongo parte de mí, porque llegaron sin previo aviso. No los busqué, ellos me encontraron.