La percepción de la literatura varía según a quien se le pregunte. No hay definición universal para algo tan abstracto y amplio. Sin embargo, si se busca un punto de convergencia entre todas las opiniones existentes, éstas coinciden en algo: los libros te sumergen en un viaje atrapante e intrépido. La historia es el viaje y el libro el tren en el que nos subimos.

Los lectores somos aquellos pasajeros que, cuando cogen el libro cerrado en las manos, esperan con urgencia el silbato del ansiado tren. Envueltos en una nube de vapor, las puertas del vagón se cierran tras nosotros sin que nos demos cuenta y, por fin, el tren se pone en marcha.

Sentados en los cómodos asientos tapizados, las palabras que se deslizan frente a nuestros ojos se convierten en los distintos paisajes que divisamos tras la ventana del compartimento. A lo lejos, serpenteando entre bosques de madera o ladrillo, intentamos divisar el final de las vías una y otra vez. Pero es imposible, a no ser de que ya hayas realizado tal viaje con anterioridad.

Y, aunque así fuera, la razón de tu retorno se encuentra en disfrutar del viaje, olvidar el anterior y descubrir todo de nuevo. Leemos las letras, creamos las palabras y las encadenamos en frases, construyendo las interminables vías de la aventura.

¿Qué dices, querido lector? ¿Comenzamos un nuevo viaje? ¿O acaso quieres ser tú el conductor de ese mágico tren? Si tu respuesta es sí te estaremos esperando en la estación del Team Voyage. 

¡Buen viaje!


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