Estandek
Unas migajas sobre el futuro de mi historia:
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@ Estandek Con un movimiento rápido, Melissa tomó la muñeca de Mei con un agarre firme, casi brutal. La fuerza del agarre fue tal que, de haber sido una humana común, los huesos de la pelirosa se habrían hecho añicos en un instante.
El rostro de Mei mostró un destello de dolor, pero su sonrisa no se desvaneció. Si acaso, se ensanchó. “—Oh, vaya, Melissa-chan... Parece que no eres tan diferente de mí después de todo. —”
Melissa apretó los dientes, sintiendo su propia fuerza inhumana pulsar en sus dedos. “—No me compares contigo, Hatsume. Yo nunca traicioné a los míos. —”
“—¿Los tuyos? —” Mei se inclinó un poco hacia adelante, ignorando el dolor que seguramente sentía en su muñeca. “—Dime, ¿qué tan tuyos eran? Porque, mírate. Ahora eres una creación más, una combinación de carne y máquina. Un milagro de ingeniería, claro, pero... no completamente humana. —”
Melissa apretó aún más, sus ojos brillando con una mezcla de ira y algo más profundo: la duda que las palabras de Mei sembraban. Pero no respondió. Solo la soltó de golpe, como si tocarla fuera repulsivo, y dio un paso atrás, su respiración pesada mientras intentaba controlar su furia.
“—No importa lo que diga tu boca —” dijo finalmente Melissa con una voz baja, pero cargada de emoción. “—Tú ayudaste a destruir todo lo que era importante. No tienes derecho a hablarme como si fuéramos iguales. —”
Mei masajeó su muñeca, el dolor era evidente, pero seguía sonriendo con ese aire desafiante. “—Tal vez no seamos iguales, Melissa-chan. Pero no te equivoques... Eres tan imperfecta como yo. —”
Ambas quedaron en silencio, las chispas de la maquinaria chisporroteando detrás de Mei, llenando el vacío entre ellas mientras las palabras aún colgaban en el aire.
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@ Estandek Mei se encogió de hombros, su expresión despreocupada como si la acusación no tuviera peso alguno. “—Las cosas no siempre son blanco o negro, Melissa-chan. Tú sigues viendo el mundo como si fuera una pelea de héroes contra villanos. Yo prefiero adaptarme. Sobrevivir. Evolucionar. —”
“—¿Sobrevivir? —” Melissa dio un paso más, sus ojos ardiendo de odio. “—¡Tú no sobreviviste, Mei! ¡Tú les diste la espalda a los tuyos! —”
Por un momento, Mei dejó caer la sonrisa. Sus ojos se encontraron con los de Melissa, y en ellos había algo más oscuro, casi desafiante. “—No todo el mundo puede ser una mártir como tú, Shield. Algunas de nosotras entendemos que el progreso requiere sacrificios. ¿Qué has logrado tú aparte de quedarte en el pasado? —”
“—¡Al menos yo no abandoné todo lo que defendía! —” rugió Melissa, su furia alcanzando su punto máximo.
Mei inclinó la cabeza con una sonrisa torcida mientras daba un paso hacia Melissa, sus botas resonando suavemente contra el suelo metálico.
“—¿Y qué es exactamente lo que defendías, Melissa-chan? —” preguntó con una voz tranquila, pero cargada de burla.
Antes de que Melissa pudiera responder, Mei levantó la mano, señalando directamente el pecho izquierdo de la rubia. “—¿Esto? ¿Esto es lo que defendías? Porque, a estas alturas... ni siquiera puedes llamarte humana, ¿verdad? Igual que yo... aunque también somos tan diferentes, ¿no es así? —”
Melissa sintió cómo la sangre hervía en sus venas. Su respiración se volvió pesada mientras miraba la expresión burlona de Mei. La rubia no dijo nada, pero cuando Mei dio un paso más cerca, su paciencia se agotó.
