Pronto llegará el 14 de febrero. Fecha en la que, hace un año, salió a la venta mi primera novela “Estrellita”. Una historia de romance LGTB hermosa, reivindicativa y un poco picante.
Aunque ya hacía mucho que escribía historias y los compartía online, la experiencia, aunque genial por el feedback a tiempo real con los lectores, no llegaba a ser comparable con la sensación de ver, entre mis manos, un libro mío en papel.
Hoy puedo decir que, para que esto fuera posible, se juntaron muchos factores: que se me cruzó por la cabeza la idea de crear una historia original que sucediera en mi zona, pero mucho tiempo atrás, que ya tuviera hecho un borrador previo , que el confinamiento me diera la excusa y el tiempo necesarios para darle forma y, que las personas que me leían me animaran a hacerlo. Eso, sobre todo, porque yo necesitaba un gran empujón para creerme que era capaz de publicar.
Al final, todo se reduce a los lectores. Los destinatarios de las historias. Porque sin ellos, pocos escritores habría.
Ahora, echando la vista atrás, puedo decir que pienso que publicar es un trabajo duro, sobre todo cuando te tienes que encargar tú sola de todo el proceso; no solo de escribir. Pero que, sin duda, merece mucho la pena y espero volver a repetirlo pronto.
Voy a aprovechar este post para dar las gracias a quienes me apoyaron, y aportaron su granito de arena pero, sobre todo, a @Mylo Sinobu, por ayudarme con la edición. Sin ella, a saber qué desastre podría haber salido. Y ahora sí, si has llegado hasta el final leyendo este post, que sepas que únicamente ha sido para decirte que “yo he venido aquí para hablar de mi libro” y que lo compres, si no lo has hecho ya. Aunque sea para calzar con él la pata de una mesa. Que hables de él a tus amigos, a tus familiares, que le pongas cinco estrellitas en Amazon y una reseña molona. Y que, por adelantado, gracias por tu apoyo, porque sin él, puedo seguir escribiendo, pero no publicando.