La tensión entre los dos había sido dura durante bastante tiempo. Los tres habían pasado por algunos problemas, principalmente de comunicación, aprender el idioma del extranjero había sido una tarea difícil para Alexander, pero una vez pudo entenderle fue simple enseñarle a Alexander a hablar aquel idioma extranjero y a su vez enseñarle a Mixcóatl a poder comunicarse con ellos en su idioma. Al menos ahora podía ver sonreír al extranjero por sus pequeñas bromas, lo cual era bastante bonito, ver a su contrario sonreír era bonito, saber que no es completamente el guerrero sangriento que encontró cuando lo conoció por primera vez.
Alexander por su parte había podido relacionarse mejor con el adverso, incluso llevarse bien, no como antes, cuando era un problema constante el uno contra el otro, necesitando del moreno para calmarlos a los dos. Era increíble que incluso bebieran juntos ahora, aunque era divertido verlos congeniar ahora que podían hablar claramente el uno con el otro. Ahora simplemente se encontraban en un brindis, la primera “cena” formal de los tres juntos. Alexander incluso había dejado que sus mejores esclavos lo prepararan todo y a todos, principalmente masajear los cuerpos de sus amantes, quienes normalmente estaban tensos.