Lizbeth es una mujer fuera de lo común. 

Lizbeth se apasiona por el más allá, ya sea geográfico, intelectual o espiritual. Busca superarse, ir más allá de sus límites, de sus costumbres. Esto a menudo hace que sea difícil de entender, y corre el riesgo de que la tomen por una iluminada o una marginal.

 Necesita tener fe en lo que hace, e incluso podría acceder a una cierta notoriedad o a otra forma de reconocimiento.

 Su tendencia a fantasear, su rica sensorialidad, su búsqueda de lo absoluto pueden, si no se materializan, llevarla hacia paraísos artificiales.

 De niña, Lizbeth es hipersensible, emotiva, caprichosa, y habrá que comprenderla y amarla, aunque su apreciación de la verdad parezca extraña, o si sus historias rocambolescas choquen. ¿Y si su rica imaginación, su sueño de cosas maravillosas y sus visiones utópicas fueran los fermentos de su futura vocación? Dígase que la afectividad es su fuente de vida y que, si se sintiera incomprendida, la fuga podría ser su escapatoria...