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En la mente de un alemán, normalmente hay muchas cosas dando vueltas. Increíblemente, incluso el desorden mental tenía una manera muy estructurada de ser; era como abrir un cajón tras otro en un ridículamente grande y cuadriculado anaquel. 
          
          ¿Pero qué tanto puede pensar un alemán?
          
          Bueno, en el caso de Alemania...
          
          
          «Más, tiene que esponjarse más.»
          
                                                                     «El licor...»
          
                  «¿Es verídico que la fecha es hoy?»
          
          
          « De esta forma. »
          
          
          « SE ESTÁ HACIENDO TARDE. »
          
             
                                           «¡CON MÁS FUERZA!»
               
          
          
          Le encantaría asegurar que el tema no repercute en su estado tan serio, pero... La forma tan nerviosa en la que bate el betún lo delata. Parecía incluso que era una forma de entrenamiento para sus anchos brazos. 
          
          
          Lo montó, piso por piso como si hiciera una maqueta a escala; su característica metódica forma de hacer las cosas se asomó mientras colocaba los elementos. 
          
          
          
          
          Ahora... Quedaba entregarlo.
          
          -
          
          
          
          
          ...
          
          
          
          
          
           
                                          (       ¡ TUN— !      )
          
          
          
          
          Se escuchó de repente en una mesa delante de Mammon; el alemán puso de manera bruta algo de sumo peso sobre el mueble.
          
          
          Lo dejó ahí y dio un paso atrás; colocó sus manos detrás de su espalda y se puso en posición de "descanso" militar, plantándose con las piernas abiertas a la altura de sus hombros, espalda recta y vista al frente. 
          
          
          — ... —con el paso de los segundos frunció sus labios y pasó saliva, bajando sus párpados mientras sentía una gotita bajar por su mejilla.
          
          
          — A-A... Alles Gute zum Geburtstag. —recitó aún privándose de la vista— Es... El alemán para "Feliz cumpleaños". 
          
          
          Finalmente abrió sus ojos azules, sólo para desviarlos a un lado.
          
          — Parece ser que hoy es tu cumpleaños, así que quise entregarte algo por... Porque es lo que... Se hace. —batalló un poco para encontrar las palabras. 
          
          
          
          
           
              
            
              GAY-O-EUR0PE0
            El día de hoy había decidido ponerse "cómodo" para aquella labor repostera. Y su idea de comodidad casual era una camisa formal de botones (arremangada hasta los codos dado que estaba cocinando), y unos pantalones y zapatos del mismo tipo. 
            
            Claro, y un mandil sobre todo eso que no alcanzó a quitarse.
            
            Su pelo rubio siempre peinado hacia atrás parecía tener unos cuantos cabellos bajándose a su frente. 
            
            El pastel en cuestión era cuanto menos, vistoso; una capa de biscocho de chocolate, una capa de crema, una capa de cerezas. Y se repitió ese orden por tres veces, hasta que en el último piso tenía una cubierta de glaseado de chocolate, crema y más cerezas. 
            
                
                  
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