Él era esa amargura que a mí faltaba, esa sensatez que a veces perdía, esa chispa que solía sentir apagada en mi interior. Y él creyendo que era alguien sin importancia alguna... Cuan equivocado estaba.
Él era esa amargura que a mí faltaba, esa sensatez que a veces perdía, esa chispa que solía sentir apagada en mi interior. Y él creyendo que era alguien sin importancia alguna... Cuan equivocado estaba.
Sabes, ¿Te digo un secreto? Cada día nace una flor nueva para quererla y cuidarla en mi interior. Eres el sol que las alimenta y el agua que las refresca; gracias a ti... hay un jardín dentro de mi.