Un mini relato sacado de clases aburridas:
Teka abre su corazón empolvado para revisar que queda dentro. Encuentra un sinfín de cosas que olvidaba haber metido ahí, entre ellas una pluma y un pincel.
Recuerda los momentos que pasó con su antiguo dueño, una joven de cabellos marrones y desaliñeados aue buscaba con ellos convertir el mundo en un lugar perfecto para ella.
Que recuerdos tan agridulces traen consigo esos objetos tan simples.
Alegrias por una amistad duradera, penurias por un corazón roto y muchos comentarios dolorosos.
Aquella chica sí que habia cambiado el mundo para encajar, el mundo de Teka se habia reconstruido a sus ordenes pero aquella chica no lo vio suficiente, aun no se sentia comoda en él.
Tekea seguia siendo moldeada y se habia perdido en lo desconocido. Para cuando se dio cuenta no recordaba siquiera quien era y lo unico que veia eran objetos y estatuas pertenecientes a su amiga.
Tekea se habia aferrado a una unica cosa sin saber porqué pero cuando la orda de lo desconocido vino a arrebatarle aquello unico suyo, no lo permitió. Entró en razón y con lagrimas, lloriqueos y mucho temor reclamó lo que le pertenecia por derecho.
Y ahora estaba ahí, sacandole el polvo a lo poco que no habia sido destruido de su antiguo mundo, entre ellos un corazón de acero con todos sus triunfos y derrotas.
***
Notas de fella:
A veces dejamos que otras personas no cambien y eso está bien si así lo creemos y eso nos ayuda a volvernos "mejores" personas. Pero no podemls olvidar que nosotros no somos los demás, cada quien debe vivir su vida, sufrir, llorar y ser escuchado; por estas debilidades es que eres quien eres, y si en tu vida hay alguien quien piensa que estas cosas debes cambiarlas, amigo, ahí no es.
Llora cuanto quieras para sanar, cae sinfin de veces con tal de subir, arrepientete mil veces hasta que decidas tu futuro brillante. (Juzgate hasta que quedes sarisfecho con lo que ves y haces)
En fin, es una humilde opinión.