La novia miró desde el altar, todos llegaron menos él. El tiempo paso, hasta anocheció, nunca lo volvieron a ver ni saber de él.
No hay mayor dolor que el de una madre, pero ¿y el dolor de una futura madre abandonada?
"Me lo arrebato todo, mi juventud, mi belleza, mis sueños, ¡mis aspiraciones!, ¡MI VIDA ENTERA!" Era lo único que se oía cada día en el bar, la mujer, Renata Lavalle, lloraba y maldecía su nombre, el nombre de ese maldito "Kairos Wilson"