Incluso el diablo no queda exento
De aquel trastorno mental que con ternura llamamos amor.

Y cuando el diablo se enamora,
Le llega la decisión más difícil.
Bajarla a su infierno,
O dejarla ir.

Si la baja a su infierno,
Lo matará la culpa de verla ahí.
Si la deja ir,
No le quedará otro opción que aceptar su soledad.

Pero el amor hace al diablo ángel,
Y este casi siempre elige lo más noble.

Le han hecho creer
Que hay cosas que simplemente no pueden ser.
Igual que la lluvia no puede amar al desierto,
Y el sol no puede enamorarse de la noche,
Un diablo simplemente no puede amar.

Sin nada que lo apacigüe,
El infierno seguirá ardiendo.
Incluso si el cielo se siente en soledad.

El diablo podría intentar cambiar,
Pero hay infiernos de los que no se puede escapar.
Un diablo siempre tendrá una cola que le pisen.

Y aún si escapara,
Algunos diablos están tan acostumbrados al calor,
Que alejados de las flamas morirían de frío.

Pobre diablo,
No hallará en aquel infierno
Una llama que apacigüe su soledad.