Acaba de morir una persona que nunca fue mi amigo, éramos conocidos, no hablábamos hace años, yo solía ser amiga de dos de sus hermanos menores, él ni me registraba a este punto de seguro. Me distancié de todos, no pensaba en él en concreto hace demasiado tiempo, ni siquiera recuerdo bien su cara. Pero duele mucho. Es una persona cuya existencia no afecta en nada a mi vida, pero ya no está, hace apenas una hora se fue, mi vida sigue normal, pero se siente feo. Se siente feo por él, por su esposa y su hija, a quienes no conozco pero su niña es apenas una, niña, ni siquiera sé su edad, cinco años a lo mucho, tampoco sé su nombre, pero ya no tiene a su papá. Se siente horrible por su familia, su familia es hermosa, son la familia más unida que vi jamás, no hay una sola oveja negra, todos son personas buenas, honestas, trabajadoras, sus tres hermanos pequeños perdieron al que siempre estuvo ahí, sus papás perdieron a su primogénito, y todo fue de la forma más idiota posible, estaba trabajando y se cayó de una escalera. DE UNA ESCALERA, Y MURIÓ. No sé porqué me afecta tanto, pero él era bueno, y no murió conduciendo borracho ni en malos pasos, estaba trabajando para su familia. Recuerdo cuando fue a ver la casa de mi mamá porque iban a construir, le enseñé mi modelo arquitectónico, le gustó aunque las medidas estuvieran mal. Es el único recuerdo que tengo interactuando con él. No es justo. Personas más cercanas a mí han muerto y me ha afectado menos, no sé porqué él me afecta ahora. Lo injusto de la situación seguramente, al punto que me puse a escribir palabras sin pensar. La muerte es rara, y no duele, te hace rabiar