Habían pasado cosas, había pasado tanto tiempo. Sabía bien que lo que había hecho no tenía remedio alguno y Gaara tenía completamente permitido alejarse de él. Había arruinado lo único lindo que tenía en su vida, la única persona que amaba. En todo este tiempo había tenido malos hábitos, rodeado de tanta gente basura y consumiendo tantas cosas dañinas. Pero nada más dañino como traicionar a la persona que lo amó. No importaba que tanto hubiera inhalado o con cuantas malas juntas haya estado. No habían excusas por como se había comportado con aquel pelirrojo. Sasuke no pudo dormir por el resto de los días.
Se encontró frente a la puerta del pelirrojo. Tocó el timbre y en unos pocos minutos oyó pasos acercarse. Le hubiese gustado decir que estaba borracho pero se encontraba tan sobrio como el agua bendita.
— Gaara— dijo con nervios y la culpa a flor de piel.— Soy yo y antes de que puedas insultarme. ʟᴏ sɪᴇɴᴛᴏ ᴛᴀɴᴛᴏ.
El nudo en su garganta atrapaba las palabras, haciéndolo sentir pequeño de nuevo. Había arruinado todo, y se sentía un idiota. Pero quería volver.
— Sí, lo sé, soy un completo imbécil, y entiendo que ya ni siquiera quieras verme. Pasé por mucho y sé que no es justificación, asumiré toda la responsabilidad, porque es lo que me merezco.— vió esos ojos aguamarina asomarse por la puerta. Quería apretarlo contra su cuerpo de nuevo.— Gaara, lo lamento tanto. No te merezco ni hoy ni nunca. He sido el peor novio del mundo y tú siempre fuiste tan encantador conmigo.
Desvió la mirada completamente apenado. Merecía sentirse como una mierda, merecía ese maldito silencio sepulcral e incómodo. Su mirada ónix conectó con esos bellos ojos aguamarina.
— Lo lamento, Gaara y sé que unas malditas palabras no recompensarán nada. No quiero que creas que lo hice porque tú eres el problema.
Siempre fuí yo, yo soy el maldito problema. Siempre alejé las mejores cosas de mi vida y ahora te alejé a ti. ɴᴏ ᴍᴇʀᴇᴢᴄᴏ ɴɪ ǫᴜᴇ ᴍᴇ ᴍɪʀᴇs ᴄᴏɴ ᴇsᴏs ɪɴᴄʀᴇɪ́ʙʟᴇs ᴏᴊᴏs.