Tal vez no sea buena escribiendo, pero lo disfruto porque me hace hablar con las ideas que rondan en mi cabeza. Desde muy pequeña las palabras surgían en desorden y escribirlas me hacía sentir que tenia poder sobre ellas; muchos de esos textos se fueron perdiendo a medida que fui creciendo, pero las ideas seguían ahí y las palabras amenazaban con desbordarse sobre el papel aunque las ignorara y me ocupara en las cosas que se me indicaba hacer: "Concéntrate en tus estudios" "Estudia algo que te de dinero" "Te gustan muchas cosas, define alguna para hacer en tu futuro". Hoy en día estudio mi carrera universitaria en una de mis ciencias favoritas, la biología. Sin embargo el amor por la literatura y escritura sigue dentro de mí.

Mis historias querían que les diera un orden y un final, es un arduo trabajo porque mi desordenado yo, quiere huir a la tarea, tal vez las historias no sean buenas, nuevas u originales, talvez al público no les gusten.

A pesar de mis miedos y contradicciones decidí cumplir la tarea de terminarlas y darlas a conocer aunque tarde demasiado, por mí y por aquella niña que fui, que gracias a innumerables lecturas soñaba con mundos e ideas fantásticas, pero no fue capaza de escribirlas en aquel entonces. Tal vez porque necesitaba crecer para darles orden y sentido