La tormenta se vuelve más peligrosa, esa sensación de paz hace mucho que se extinguió y en su lugar, sólo queda esa vibración y la molesta incertidumbre. La tinta marca la piel intacta y lo vibrante de la vida parece haberse vuelto gris.
Volverá, algún día volverá.
Y entonces, todo recobrará su color.