—Hola, Lear.—Suspiró con tristeza, viendo la tumba con melancolía. Se sacó el sombrero, quitó las flores marchitas y dejó el ramo de tulipanes en el florero de vidrio, acomodándolas lo mejor que pudo.—… Sé… Sé que ha pasado un tiempo desde la última vez que vine a visitarte.—Se rascó la nuca, luego arreglándose el cabello un poco.—Un tiempo más de lo normal.—Añadió, riendo nervioso.
—Adelanto del siguiente capítulo *guiño*