"... Y ahí estabas, corriendo entre la multitud, pero en realidad no me molestaba, porque mi miraba sólo buscaba tus ojos. Tus bellos ojos...
Me sonrojé y desvié mi mirada, ya que tus ojos habían perforado los míos, fue entonces cuando te acercaste y mi mundo se detuvo en tan solo un milisegundo. Esto es ireal. Tú, tú me estabas viendo y al mismo tiempo sonriendo. Llegaste y te paraste en las puntas de mis tenis ya desgastados. Me tomaste de las manos y tus cálidas manos abrazaron las mías. Podía sentir la conexión instantánea entre nosotros. Deseaba tanto que llegara este momento. De podernos vernos, abrazarnos y decirnos cuánto nos amamos. Pero fue mejor de lo que esperé.
Tu cara blanca estaba fija en mí. Oh Dios. ¡BÉSAME!
Te acercaste más, hasta que cerraste los ojos y llegó el momento. Sabía lo que venía:
El beso.
Cuando ya por fin sentí tus labios rozar los míos, un ruido me despertó, haciendome saltar en la cama.
TODO FUE UN SUEÑO.
Lo sabía, esto jamás pudo ser real...