Greendale, un pequeño pueblo ubicado en el Este de los Estados Unidos, caracterizado por ser un pueblo común y tranquilo, o eso es lo que aparenta en los exteriores. Durante los últimos meses, el pueblo ha entrado en disputa y ha hecho protestas encontra de los policías del lugar, causadas por los casos de personas víctimas de homicidio aún no resueltos.

Kate Witwicky, la única detective del pueblo, y Carter Leatherwood, quien fue transferido a su pueblo de origen para ayudar, se deciden en abrir el caso nuevamente y se encuentran tratando de resolver la muerte de una madre y una serie de personas desaparecidas en el pueblo. Entre la evidencia y las pistas, lo único que puede lograr a resaltar, son las heridas causantes de la muerte de estas personas. Todas logran verse realmente salvajes, mordidas y rasguños; como si un animal hubiera cometido aquel asesinato múltiples veces.

Los cazadores, o "locos" como todo el pueblo les llama, juran que en el bosque del pueblo vagan criaturas sobrenaturales. No son muy tomados en cuenta por la policía, incluso por el pueblo. Éstos están preparados para cualquier cosa, confiando más que nunca en las historias de sus antepasados.

Hombres lobo y vampiros, no muy simpáticos a la hora de tratar con la gente. Han estado escondidos entre los habitantes del pueblo, evitando a toda costa ser capturados por los cazadores. A pesar de ser rivales, llevaron acabo un juramento, que decía que jamás volverían a alimentarse de sangre o carne humana para vivir, cambiandolo por la caza de animales. Muy difícil para ellos, pero algo de lo que lograron acostumbrarse por décadas, pero no todos estuvieron muy de acuerdo.

Éstas criaturas en desacuerdo todavía habitan en el bosque, causando estragos por hambre y sed.