-¡Mamaaaa! En la escuela me dicen Rayita.
-¿y tu que les dijiste?
-fruncí el ceño, los fulminé con la mirada y salí corriendo hacía el parque mas cercano , mientras las lágrimas caían sobre mis mejillas, me senté bajo un árbol, y luego me fui a un Starbucks, me pedí un café mediano, mientras me sentaba en la silla a lado de la ventana con los ojos llenos de lagrimas, pensando porque eran tan malos conmigo.