La verdad es que nunca he sido escritor ni poeta, y son dos destinos que jamás he planeado alcanzar. Sin embargo, en el silencio de mis noches y en la soledad de mis días, escribía fragmentos de mi alma en notas y diarios, confidencias que no compartía, ya sea por desinterés o por la falta de valor que nace del miedo. Un día, por casualidad, un par de amigos tuvieron la oportunidad de leer esos escritos ocultos y, para mi sorpresa, les encontraron un valor que yo no había imaginado. Me animaron a publicar algo, y aunque me sentía perdido en el desconocido mar de la publicación, accedí a su petición y aquí, en esta humilde cuenta, expongo una parte de mí.

No tengo certeza de si lo que he escrito es bueno o malo, no poseo la brújula del crítico ni el mapa del experto. Solo sé que estas palabras son sinceras, nacidas de mis más profundos pensamientos y emociones. Si mis palabras logran tocar alguna fibra en sus corazones, háganmelo saber. Y si no encuentran en ellas el eco de sus propias almas, también háganmelo saber.

Esta será la primera y última vez que me atreva a dejar mis palabras volar libres en este vasto mundo. Gracias por dedicar un instante de su tiempo a leer lo que con temor y esperanza les ofrezco.