Pensé que hoy sería un día igual a todos los demás, que solo saldría a pescar y volvería para cocinar.
Fue todo lo contrario una tormenta me tomó prisionera junto con mi pequeña lancha, fue imposible salir. Reme y estos se rompieron, lágrimas o tal vez gotas de lluvia derramaban por mi rostro, era un caos, yo era un caos.
Y alguna vez ya me habían contado como era que se sentía tener un corazón roto, y no se parecía a cómo lo contaban. Esto era una maldita tormenta tropical.