HighwayStation

Lo que creo es que el siglo XXI se quedó con la imagen de cuero y sexualidad de Morrison; ésa de la que él quiso huir una vez y que acabó matando su creatividad y vulnerando su salud mental, hasta dejarlo en el Père-Lachaise. La que, en lo profundo muy lamentable, acabó por convencer a la gente que no era más que un borracho con ínfulas de poeta. 
          	
          	Las repercusiones de su vida en los sesenta dejaron a las muchachitas de ahora una sola imagen de él: intelectual guapísimo; y el adjetivo primero les vale nada, porque adoran a su polla con la graciosa excusa de que él "hizo un poema de lo mismo". Se le estima como tipejo guapo, "El Rey Lagarto", no quedando de James Douglas más que unos cuadernos del 127, los publicados (y que, gracias a las mocosas que se aferran a su entrepierna y su cara del 67', se infravaloró hasta llamarlo "intento de poeta beat", "intento mas bien ridículo de Rimbaud"). 
          	
          	Sigo la creencia de que los fans vuelven a sus ídolos unos sosos ante el pueblo en el momento en que los llaman "dioses". A Jim le quedó, en sus finales, el complacer a los leones, encerrarse en lo más limpio que tenía en casa y escapar con Pamela Courson (¿ángel o verdugo? Al final, también la idealizaron hasta convertirla en la burla de las musas del Rock N' Roll) a Paris y un viaje de nada hasta los mundos que recorrieron sus poetas preferidos. 
          	
          	Morrison era un chamán por el reflejo, y no por su anatomía de disoluto. Y cuando murió, no quedó otra cosa que su máscara de ebrio con pantalones de cuero, cinturón de plata y voz de oro, que sublevó a los críticos por la falta de atención a los otros Doors: Ray, Robby y John; y estos, a su vez, lo rebajaron a nada con sus inmensos halagos a un compañero que nunca fue amigo de ellos, sino, como lo dio a entender Densmore, un tipo que no llegaron a entender jamás, y Manzarek, como genio esquizofrénico, y Krieger, como loco inmejorable. Técnicas increíbles de músicos igual de maravillosos, que se ocultaron en la sombra del dinero.