Hola. Tu mensaje en mi tablero me ha devuelto a la vida después de un largo periodo en apatía.
No te lo he dicho directamente, pero me gusta creer que eres capaz de notarlo. Eres la primera vez que persona en la que pienso al comenzar un párrafo y también la última cuando llego al punto final. Cuido cada detalle y me pregunto si lo que creo será suficiente para distraerte de tu agobio durante un rato, de convertirse en un rápido escape y te reconforte tanto como a mi.
Si algún día dudas de la devoción y el aprecio qué te tengo, solo tienes que recordar que te he inmortalizado en mi mundo y aunque la memoria falle y la distancia se interponga, tú siempre serás amada e inmortal.
Con Cariño, Malú Santiago.
