Duele mucho entender que la persona que debería ser tu pilar, básicamente tu lugar seguro de nacimiento, no lo sea por su propia inestabilidad emocional, por su propio ego y orgullo. Que esa persona comprenda a los demás, defienda sus situaciones, tanto emocional como físicamente, pero que a ti te critique, que te tire para abajo y que cuando te ve en un pequeño momento de felicidad, haga todo lo posible para quitarte lo y recordarte tú cruda realidad.