-tras buscar las galletas y la soda en la cocina caminó por los pasillos de primera clase en busca del camarote del Albino, el cual no le fue difícil de encontrar. Cuando llegó a este, tocó la puerta un par de veces con el dorso de la mano-
Señor Evans, traje su pedido...
-dijo formalmente temiendo a que alguno de sus superiores la escuchara-