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Cada año, durante las vacaciones de Navidad, Malia Baker deja atrás su pequeño hogar en Los Ángeles para sumergirse en el cálido abrazo familiar de Seúl, donde se reencuentra con la mejor amiga de su madre fallecida, con quien mantiene un lazo desde los cinco años. La casa de Yuna es el lugar donde habitan sus recuerdos más íntimos y hermosos; es su segundo hogar. Es allí donde Malia se encuentra con Lee, el hijo de Yu, con quien compartió -muy a su pesar- juguetes y secretos durante la preadolescencia. Ahora, con 24 años, Lee ya no es aquel niño fastidioso y logra hacerse notar con cada sonrisa distraída. Él demuestra ser capaz de consolar, despertar e iluminar las partes ocultas de su alma herida.
          
          "Tú, a diferencia de lo que ves y sientes sobre ti misma, tienes más luz que todas esas que brillan el 25 de diciembre. Creo que, aunque no lo creas, podrías iluminar la Navidad por ti sola."
          
          Un cliché navideño para calentar el corazón y restaurar lo que el año, poco a poco, pudo haberte quitado.
          
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