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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ𝐏𝐀𝐑𝐊 𝐀𝐒𝐇𝐓𝐎𝐍 / 𝐗𝐗𝐕.
ㅤㅤCon todo, tan seguro como existe mi alma, 
ㅤyo creo que la perversidad es uno de los pri-
ㅤmitivos impulsos del corazón humano; una de
ㅤlas facultades o sentimientos elementales que
ㅤdirigen al carácter del hombre. ¿Quién no se ha 
ㅤsorprendido cien veces cometiendo una acción 
ㅤsucia o vil, por la sola razón de saber que no la 
ㅤdebía cometer? ¿No tenemos una perpetua in-
ㅤclinación, no obstante la excelencia de nuestro 
ㅤjuicio, a violar lo que es ley, sencillamente por-
ㅤque comprendemos que es la ley? El deseo ar-
ㅤdiente, insondable del alma de atormentarse a
ㅤsí misma, de violentar su propia naturaleza, de
ㅤㅤㅤㅤㅤhacer el mal por amor al mal...