son sus ojos apegados al succino proyectado por las llamas ferviente de la candela, singulares ámbar que sólo han aprendido a escudriñar, unas veces cautelosos, otras se compaginan con las pasionales fijezas que lo devoran sin aún a verlo tocado, los roles cambian y reborn ahora se siente la presa del hambriento chico bajo suyo.
ਏਓᅠֽᅠᅠֹᅠ♟️⃞ֽ✦ᅠּᅠ꒴ᅠꥈ ── antes fíjate si vas a poder caminar , cabrón ─── replica en voz encandilada, como si se suspendiera por un hilo en el aire, con esos vibratos de temblor, por supuesto; bochorno y ansia. pues sabía bien que no había porqué replicar a la broma y aún así, como si quisiera tener la última palabra, lo hizo. relame los labios, expectante. de pronto, al dulce tacto de los dactilares ajenos se deja caer, el dulzor del vino ingerido anteriormente se queda estancado, comparado a ésto no es nada, él carraspea y al pensamiento porfía, en silencio, para mantener la compostura, falla una vez su sensible extensión palpita por la única opresión recibida delatando a su dueño, quién ahoga un gemido, en el ápice de no verse tan desesperado al contacto de quién ama con locura. duda pero confía sus pensamientos cohibidos, sus deseos escondidos, ganas retenidas a una sola persona; sencillo, sin embargo, teme que al crepúsculo aparecer él se haya ido y lo deje con nada más que acaloradas y borrosas memorias que podría olvidar algún día; más allí estaba, dispuesto a entregarse completo, unificando el cuerpo, alma y corazón por y para auron.
sentidos ebrios de voluptuosidad, la ropa comienza a estorba en el anhelo de poseer a quién lo conquista, y atiende la lascivia que ataca al varón, guiado por los gimoteos que arrullan su oído, se detiene.