"Se detuvo justo detrás de Wong, sonriendo, al ver el pánico en los ojos del oficial Wells. Tucker, quién estaba tras el psicólogo, permaneció en silencio.
—Vamos, para que no duden de mi disposición —El niño levantó el arma y colocó el cañón contra su sien— Tomaré el primer turno —Escuchó a Katrina gritar su nombre, pero Andrews la detuvo antes de que hiciera cualquier movimiento.
Y, entonces, ante las miradas incrédulas de los hombres, jaló el gatillo con una sonrisa inmutable."
—Inocencia maldita, #1 de la saga Los Malditos.