Im-Lavender_-
Lᴀᴠᴇɴᴅᴇʀ《> —abrió un portal al vacío blanco con otras dos personas acompañandola.— No debería de estar muy lejos.. —mira a los lados, sin encontrar a 33.— ¡33! —llamo la de lagrimas negras.—
Iam33Dem_
@Im-Ametsa_- @Im-Lavender_- @Im-Damn_- Г³³~¬¿°> Eso sí que nos será muy útil... -Respondió al escuchar que aquella niña pequeña conocía el paradero de Nightmare. Sin duda podrían llegar a infiltrarse allí con su ayuda, si deseaba colaborar, claro. Ver las reacciones tan bruscas en Ametsa le era extraño, pero no le daba demasiada importancia puesto que ya sabía que estaba loca de verdad. La miró con algo de desprecio, sonriendo, mientras se dirigía hacia Damn.- Hm, y yo que pensaba que era el "cerebro de la operación"... -Respondió, claramente bromeando, sontando una sonora carcajada tras ello.- Ohh, ya recuerdo a Toy, es verdad... Me extraña que te haya hablado sobre mí, aunque sin duda me halaga. -Respondió con sorna, viendo cómo se acercaba a él e instintivamente moviendo su mano con rapidez hacia su arma. No llegó a cogerla, aunque se mantuvo así mientras lo escuchaba.- Hm... Debería estar trastornado como para aceptar tu mano... Pero, hey, cuerdo no estoy, así que... -Volviendo a una pose relajada, tomó su mano para estrechársela, susurrando un "Mucho gusto... Damn." mientras lo hacía.-
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Im-Damn_-
@Im-Lavender_- @Im-Ametsa_- Dᴀᴍɴ☆-» Sí, ¿qué esperabas, 33? —habla.— Yo no estoy tan trastornado como esta niña lo está —apunta a Ametsa.— Podre ayudaros en idear planes, seré la la cabeza brillante del grupo. —Responde.— Por cierto.. Mi creadora, Toy, me dijo que me mandaba saludos de tu parte, hace ya un tiempo. —dice.— Es un placer conocerte al fin, 33. —se acerca a el, sabiendo cómo este estaba de su cabeza; estiró la mano, como para estrecharla.— Espero que podamos llegar a ser buenos compañeros y también, si es posible... amigos. —sonríe, mientras sus pupilas dieron un pequeño destello azul.—
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Im-Ametsa_-
@Im-Damn_- @Iam33Dem_ @Im-Lavender_- ꒰ αмєτѕα ¡¡ ꒱⍣❁ཻུ۪۪➛ ¿Ouh? Sí, ¡ya lo sé! —agita sus brazos como una niña pequeña, riendo un tanto hasta que escucho lo de las camisas de fuerza, quedándose quieta al instante y bajandolos.— Oh. —recordó lo que Lav le había dicho, que 33 podría saber de ti con tan solo el nombre.— woop- ¡Pues sí! Papá decía que era por mi bien, siempre me quedaba hablando en la habitación en la que estaba encerrada con los fantasmas que puedo ver. Mamá se preocupa por mí de mi estado mental, pero todo está bien. —responde, con una sonrisa.— ¿Patético? ¡Ya lo sé! —amplía su sonrisa.—
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