IamTheGraves
Ya pero, hola chikibeibi /se vuelve gay/
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IamTwistedFate
—René, quédate quieto, sé que aún no te acostumbras a que te cargue en mis manos, pero es el único método de transporte que tengo en estos momentos— Diría sin preocupación alguna, su mirada se enfocaba en el callejón oscuro al que se dirigía. Entro a un pequeño, pero pulcro hostal, aquel lugar estaba siendo pagado por “su cliente”, uno peculiar, casi siempre trabajaban para sí mismos, pero en esta ocasión Graves decidió que un pequeño trabajo no salía mal, y más cuando pagaban tanto por tan poco.
Cuando entro en recepción y vio un cartel de no animales sudo frío, rápidamente oculto al pequeño sapo como sea. Luego de pedir la llave y guiñarle el ojo a la recepcionista, camino apresuradamente a su habitación sacando así al anfibio de su ropaje, lo despego con dificultad de la piel de su pecho y lo acomodo en una pequeña mesa al lado de la puerta.
—No pensé que fueras tan… baboso— Dijo asqueado removiendo la extraña baba de su piel, aquella sustancia iba traspasando parte de su camisa.
—Tan solo mírame, arruinaste mi camisa favorita—suspiro el de sombrero.
IamTwistedFate
—¿Podrías dejar de croar por unos segundos?— El hombre no presto atención a la constante llamada del animal. Los sonidos siguieron, volviéndose cada vez más fuerte al pasar los segundos, sin embargo, el joven de sombrero solo seguía lamentando su perdida.
—¿Será que si la lavo más de tres veces salga?— Se preguntó en voz alta, seguido de eso comenzó a desvestirse, ya que al parecer olvido la presencia de su amigo por completo.
Comenzó por su camisa, desabrocho lentamente los botones de esta misma, resbaló suavemente la tela blanca por su piel hasta dejarla a un lado de la cama, siguió el mismo proceso con su pantalón hasta quedar en ropa interior.
—¿Habrá agua caliente aquí?— se preguntó en voz baja para adentrarse en la ducha, dejando detrás de él la puerta del baño abierta.
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@IamTwistedFate René, o mejor dicho, Malcolm Graves, croaba en tono de queja. Ese no era su nombre, y no podía negar que le irritaba, manchaba la porca dignidad que le quedaba desde su mini-enfrentamiento con los yordles. - ¡ Croá, croá. ! - trato de saltar, siendo evitado por su cuidador. No podía mostrar muchas emociones en este estado. Sin embargo ahora mismo sentía que su compañero era algo tosco, tal vez por que nunca tuvo que cargar una rana antes. Al mismo tiempo que su compañero leyo el cartel, al instante supo lo que haria y trato de negarse a lo inevitable, siendo que fue ocultado entre su alborotado intento de huir. Dentro de las ropas ajenas se retorcía. - ¡ Croá, croá ! - solo se oían los sonidos onomapéyicos de ex-humano. Saltando de forma tosca trataba de quejarse del trato recibido, pero era inútil, de seguro su show era sumamente divertido a ojos del Twice Fate, y debería agradecer de que no era una de esas ranas que gritaban. Croó, como una forma de suspiro. Fastidiado por el trató, bajo de la mesa andando a sus anchas en la habitación, hasta quedar frente a la puerta del baño. Quería subir y se lo hizo saber mirándolo con esos ojos raros que tenia, haber si por primera vez le captaba. Era una rana, rana tener que hidratarse, rana disfrutar baño ¿Se entendía, no?