Este es el único método que encontré donde no me sintiera incómoda, para abrirle mi alma al mundo y dejar escapar en palabras, poco a poco, todos los suspiros que he soltado toda mi vida, callando todo lo que mi alma tenía que decir. de frustración, de angustia, de miedo, de amor, de esperanza. Siempre me gustó poder identificarme con los personajes de mis libros, conectarme con ellos. Ha habido infinidad de ocasiones en donde los personajes de los libros que leía pasaban por una situación que yo había pasado o que en ese momento estaba atravesando. He llorado cada ocasión en que Tessa trataba desesperadamente y con toda la luz y el amor que le quedaba en el alma, despertar a Hardin y hacerle entender que ella nuca se marcharía pase lo que pase, que estaban unidos por una fuerza mágica más profunda que la atracción que nunca nadie podría, ni pudo, romper desde el día que se conocieron. He sentido la angustia de Luce desde lo más profundo de mi pecho al entender que Daniel y ella nunca podrían estar juntos por la maldición que se repetía una y otra vez, que los torturaba. Amaba cuando Jev Cipriano repetía todo el tiempo esa tortuosa palabra a Nora: “ÁNGEL”. Pero lo que nunca voy a querer comprender es que todos esos nombres se encuentran en mis libros. Escribo para dejar una huella en este mundo. Porque como diría Augustus Waters, a mí también me da miedo el olvido. Este pequeño pedacito de papel me da una libertad tan mía que nadie puede quitármela, porque escribir es crear un mundo para uno mismo y para muchas personas más que quieran compartirlo leyendo con uno. Leyendo lo que escribe uno. Y leer también es libertad. Es dejar por un rato la rutina diaria y sumergirse como protagonista en historias increíbles donde uno puede sentirse el más amado del mundo, o el más desdichado, o el más valiente.
Es increíble cómo leer un simple pedazo de papel con palabras nos deja viajar y sentir todo lo que sienten los personajes de una novela.
- JoinedApril 23, 2015
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