¡Hola a todos!
Nuevamente hago el intento de regresar a leerlos y compartir mis historias. En estos meses todo parecía una traba, el trabajo, la situación actual pandemica y lo personal.
Para mi sorpresa, en estas dos últimas semanas sucedió algo que me abrió los ojos. Este año estoy realizando un curso de escritura en el cual estoy muy contenta por mi progreso, aprendizaje y toda la experiencia que trae. Hay desafíos que ponen en 'jaque' cuanto realmente das por la escritura. Y fue entonces dónde descubrí algo que desconocía de mí y que me hizo pensar y me dio fuerzas para quitar las famosas 'excusas' hacia la escritura o lectura. Cada semana debo leer un módulo y entregar una historia. En uno de estos módulos, tuve una flaqueza y no pude entregarlo, tuve una reflexión con el preceptor de este curso y logré realizar mi historia. Luego, en el próximo módulo, casi atravieso la misma situación. Estaba destruída, agotada por el trabajo y demás. Estaba frente a la computadora, con el Word en pantalla y la línea dónde hice el garabato de mi historia. Me faltaba 1 hora para entregarlo. De golpe, comencé a recordar lo discutido en las clases anteriores, lo leído en cada módulo y en lo que realmente quería contar. En 45' logré escribir la historia. La revise en esos últimos 15' y la envie.
Temblé, por haber jugado con mi tiempo y lo poco que le dediqué, pero me sentí diferente. La devolución llegó y logré cumplir con la consigna, apliqué los contenidos vistos y lo más importante, conté la historia que mis personajes, los que creé, querían.
Con esto voy a, que con la fuerza de lo que querés contar, pulirte en lo que haces y buscar aunque sea 'ese pequeño rincón de minutos' ya estás logrando el más grande cometido: las excusas son débiles y escribir lo que sentís. Dar un paso más en este mundo literario.
Perdón por la extensión. No sé si alguien llegó a leer todo esto. Quizás les sirva, pero esto me hizo muy feliz.
Escriban, lean en los rincones.
Buena semana a todos.