Ihanta

Es curiosa la mente, es tan sencillo olvidar las llaves o si has apagado el horno pero cuesta tanto olvidar una palabra o una mirada que removieron algo en nosotros; a veces logramos hacerlo pasa uno o dos años y vivimos como si ese evento que nos marco nunca hubiese ocurrido, a veces, incluso llegas a recordarlo sin dolor, entonces hinchas el pecho pensando que lo has superado, pero cariño, te equivocas. Detente un par de segundos y piensa que vuelve a ocurrir lo mismo tres años duespues en situaciones totalmente distintas, descubriras que las vuelven a tus ojos, de ahí proviene el miedo, ¿Cómo olvidad lo que no ha sucedido? 

Ihanta

Es curiosa la mente, es tan sencillo olvidar las llaves o si has apagado el horno pero cuesta tanto olvidar una palabra o una mirada que removieron algo en nosotros; a veces logramos hacerlo pasa uno o dos años y vivimos como si ese evento que nos marco nunca hubiese ocurrido, a veces, incluso llegas a recordarlo sin dolor, entonces hinchas el pecho pensando que lo has superado, pero cariño, te equivocas. Detente un par de segundos y piensa que vuelve a ocurrir lo mismo tres años duespues en situaciones totalmente distintas, descubriras que las vuelven a tus ojos, de ahí proviene el miedo, ¿Cómo olvidad lo que no ha sucedido? 

Ihanta

Poco tiempo atrás, descubrí el secreto de la felicidad, está en lo superfluo, y no me refiero al sentido material, sino a lo superfluo del sentir, de vivir sin emociones profundas y complicadas, nunca detenerse a analizar el porqué de la tristeza; solo hundirlo, empujarlo hasta abajo, hasta no sentir nada. Luego, descubrí el problema de esto, la masa de sentimientos se vuelve más densa con el tiempo; primero, crece, y entonces, como esta en el fondo, pierdes profundidad, tienes pláticas triviales sobre el clima, los deportes, la moda, todo lo que no involucre sentir (en este punto se obvian los sentimientos felices, tenlos, no los analices, la tristeza no se puede tener, mucho menos analizarla), posteriormente la plática te aburre, entonces dejas de hablar y te vuelves erudito en monosílabos y gestos; lo otro que ocurre con la masa de sentimientos es que crece tanto que ya no la puedes esconder, y empieza a salir a flote, pero no la quieres ver, no existe, no está ahí, te repites, pero esta, y un día te quiebras en mil sollozos y no sabes porque...