Después de todo, ¿por qué debería importarle? Nunca le importe, no era más que un juguete para el. Y yo como ilusa, le crei; Perdí mi mentalidad y el llegó a ser mi llanto y no mi amor. El ya no me llena, el solo lo hizo y así me dejo. El nunca me valoro, nunca se dio cuenta todas esas veces que me desvele mientras lloraba o cuando apenas me podía duchar entre lágrimas. El nunca entendió nada, nunca entenderá nada. ¿Pero por que? Porque es un hombre. Los hombres son malvados y malos, los hombres atacan y presumen pero nunca cuidan. Cuesta tanto encontrar a ese hombre que durante el camino te vas rompiendo y cuando el llega tiene que ser demasiado bueno para curarte. Pero el no era así, el no era mi hombre. El me rompió, me uso.