¡Por favor, no te pongas a llorar! Luego me dan ganas de llorar a mí también. Papá, te diré lo mismo que le dije al tío Harry; El crecimiento es algo que simplemente no se puede evitar. Que más me hubiera gustado quedarme con once añitos para siempre, me temo que eso es imposible. Pronto seremos nosotros los adultos. . . Pero falta bastante, ¡no hagas drama aún! Sólo bromeaba, a veces tus chistes no los termino de comprender y por ende no me parecen divertidos, eso es todo. Bueno, algún día tendrás que aceptar que ya te están saliendo canas y un par de arrugas. Te creeré solamente sí me compras golosinas y mucho helado de vainilla. Vale, está bien, me callo. Es que también han dejado traumada a la pobre de Ginny, papá. Y creo que no me corresponde explicarle qué están haciendo sus queridísimos progenitores.