Yo estoy mucho mejor ahora que te veo. ¡Cuanto has crecido! Quizás me he perdido de mucho, ¿todo está bien allá?, cuéntame, ¿qué has hecho todo este tiempo?
Ven aquí, hermosa —el rizado se apresuró a corresponder el abrazo de su hija con gran efusividad— Yo… lamento estar ausente la mayor parte del tiempo. Te juro que nunca fue mi intención.