Así es, pero prefiero que me digan Gali, gracias –De manera involuntaria, esta sonríe levemente, para luego agregar–: No es nada personal, amigo –Responde con simplesa, como si aquello explicara perfectamente el porqué estaba a punto de cometer aquel cruel acto–. ¿Y Qué importa eso? Sé que no tengo que ser como él, pero esa decisión es mía y no te incumbe –Con un simple movimiento de manos, y un breve brillo, inhabilita los poderes del peliplateado–. Últimas palabras, ahora –Exigió con una voz levemente amenazadora; ignorando el comentario del chico–. Espero notes la oportunidad que te estoy dando para decirlas, Pietro, porque bien podría matarte en menos de diez segundos.