Griffin creció en la Isla de los Perdidos, siempre escuchando historias sobre la gloria de su padre, y guardandole un gran odio a la Bestia y a su familia. Aunque admira la fuerza de su padre, no quiere repetir sus errores.
Después de ser invitado a Auradon, decide demostrar que puede ser más que solo el hijo de Gastón. Aunque normalmente llega a comportarse como un verdadero patán, quiere hacer su propio nombre y ayudar a otros a encontrar su camino. Aunque le resulta difícil romper con la imagen de "chico malo", se esfuerza por intentar mostrar su verdadero yo.