Cosas que nunca dije de ti
se acumulan como hojas en otoño,
susurrando secretos al viento,
gritando silencios al cielo.
Nunca dije cómo tu risa
era un amanecer en mis noches oscuras,
cómo tu voz, un eco en mi mente,
resonaba en cada rincón de mi ser.
No dije que tus ojos,
llenos de universos escondidos,
eran espejos de mis miedos y deseos,
reflejando lo que nunca pude ver.
Guardé en mi pecho,
como un tesoro maldito,
el ardor de tus caricias,
la eternidad de tus besos.
Nunca dije que tu ausencia
era una herida que no cerraba,
un abismo donde caía
cada vez que recordaba tu nombre.
No confesé que mi amor
era un fuego que quemaba lento,
consumiendo cada fibra de mi alma,
dejándome cenizas de lo que una vez fui.
Cosas que nunca dije de ti
se ahogan en el silencio,
se pierden en el olvido,
pero aún arden en lo más profundo de mí.
(Espero sea de tu agrado, me inspire un poco a tu libro, al título que, tiene muchas vistas, pero a algunos nos toca como tema sensible, donde callamos lo que sentimos)