En el discurso: la mujer se presenta como una par del hombre física e intelectualmente, siendo de ésta manera la justificación parcial a la entrada de la mujer en el mercado laboral. Sin embargo, en el discurso de protección a la misma, el feminismo acepta no abiertamente que la mujer tiene capacidades inferiores al hombre e incentiva a los hombres a dar el apoyo a la mujer, contradiciendo su finalidad principal.
En la práctica: obligan a los sectores privados y públicos a cierto cupo de mujeres, que se presente la igualdad (pese a que las capacidades de las mujeres están por debajo del hombre) y se emiten leyes cuya finalidad es favorecer a la mujer, porque en un mundo enmancipado del hombre se presenta el problema principal, y es que la mujer es inferior también en el aspecto físico; podrían ser algunas más altas, más fuertes y ágiles que muchos hombres, sin embargo, jamás alcanzarán la vara de hombres que están en el nivel supremo por encima de todo.