Iba caminando era un día frío llevaba un gran abrigo negro, voltee a mi derecha, me detuve en seco.
Eras tú, tenias el pelo largo y los labios rojos, estabas con un café y un libro, sonreí, eras tú no tenía duda.
Entre, pero justo antes tome el móvil, y me mire en el reflejo, camine hacia a ti y un cosquilleo me removió el estomago.
-Hola - Te dije. Apretaste los labios y me miraste, sonreíste.
-¡Hola! ¿Cómo has estado? - Me invitaste a sentar y no me nege.
Hablamos. Hablamos, ambos nos convertimos en lo que siempre soñamos, entonces pusiste la mano en la barbilla y dijiste frase que me mato por completo.
-¿Eres feliz? - "No, no después de que te marchaste, no he podido desasearme de ti, logre todo lo que siempre quise, tuve más amores, pero cuando estaba a punto de lograr la felicidad total, aparecías tu"
Te regrese la jugada -¿ Y tú eres feliz? -Pregunté.