el alma humana es como una hoja en blanco: a veces se arruga, se mancha, se rompe… pero incluso rota, puede ser arte. Sé que el dolor es real, sé que paraliza, que oscurece, que a veces hasta calla. Pero también sé que dentro de ti hay un universo que no ha dejado de latir, aunque esté en silencio. Quizá no lo veas ahora, pero incluso tu ausencia ha dejado huellas. No eres solo alguien que escribe. Eres alguien que salvó a otros con sus palabras. Que hizo que desconocidos volvieran a creer en algo, aunque fuera en un personaje, en una escena, en un “te quiero” inventado.
No te pido que escribas, ni que regreses… solo que sigas. Un día más. Porque la vida no se trata de ser fuerte todo el tiempo, sino de seguir respirando incluso cuando se está roto. A veces, eso es más valiente que cualquier final feliz. Y si algún día vuelves, no porque te lo exijan, sino porque el alma te lo pida… aquí estaremos, como lectores, como personas, como seres que te admiramos, no por tus historias… sino por existir.
A veces, el alma se derrumba no porque sea débil, sino porque está evolucionando en silencio.
No es el fin, es el repliegue del mar antes de una ola más grande.
Con respeto infinito a tu proceso,
Alguien que aún cree en ti.