Hoy Dios te dice:
Yo te he grabado en las palmas de mis manos, y este es un compromiso eterno. Nada podría borrar ni destruir esta inscripción, porque tú eres mi posesión atesorada, comprada con sangre. Grabar los metales preciosos es una práctica des- tinada a ser permanente. Sin embargo, el grabado puede deteriorarse con los años, y a veces los objetos en los que se ha hecho alguna inscripción se pierden, son robados o se funden. Por lo tanto, mi amado, pon primero lo primero. Los metales preciosos como el oro y la plata tienen algún valor en el mundo, pero comparados con la grandeza insuperable de conocerme a mí son como basura. Ya que te encuentras escrito en las palmas de mis manos, puedes estar seguro de que siempre estarás visible para mí. A veces la gente anota algo en las palmas de sus manos para recordarlo más tarde. Yo te he grabado en mis palmas debido a que eres eternamente precioso para mí. Alégrate en la maravilla de saber que yo, el Rey del universo, te considero un tesoro inapreciable. Responde atesorándome tú a mí por encima de todo. #JesúsSiempre