Y ella, que parecía una simple chica de carne y hueso,
era la luz en medio de la mentira,
era la estrella en medio de la oscuridad.
Bastada observar cada orbe en su rostro
para darse cuenta que en medio de estaciones habitaban galaxias,
era más que júpiter cuando se trataba de lunas,
y se volvía universo cuando venía hacia mi.
Sus cabellos se volvían seda al tocar con mis dedos llenos de dudas,
y el tono agudo de su voz,
ese que tanto odiaba ella en medio de las llamadas,
se volvía el canto que calmaba la tormenta que habitaba mi ser.
Ella hace tanto que se convirtió en poesía y no lo sabe,
ella que va brillando con luz propia,
convirtiéndose en sol en medio de días nublados,
y siendo lluvia cuando no conseguía florecer.
Era tan bella... simplemente hermosa...
Yo acudía a sus brazos cuando el mundo caía a pedazos,
porque el mundo dejaba de ser mundo para volverse ella,
y ella alumbraba cada esquina que pisaba con placer,
Ella que perdona errores y se vuelve invencible,
ella que sabe qué versos le pertenecen porque así lo es.
Ella es mi vida y mi sol,
y me alegro de que sea un error el escribir el "era",
sabiendo que aun "es", mi refugio cada día al amanecer.
Que ganas de que me dures toda la vida, mamá...