Estaba recargada en su pecho desnudo, quería llorar, se me agotó el tiempo, yo tenía que irme y él ni siquiera sabía, no le dije... porque seguro no le importa.
-¿Crees que una persona pueda amar por muchos años?- le pregunté.
-Creo que después de muchos años de desearnos al fin se cumplió- dijo mientras abrazaba mi cintura.
Él era hermoso, no era perfecto, el es un rayo, no puedo alcanzarlo porque el va a su ritmo, pero yo soy fuego, quemo y tomo lo que quiero... Menos él...
Me volteé a verlo y me senté en su piernas.
-¿Por qué no puedes amarme?
A ese punto mis ojos ya estaban húmedos, solo tomé su rostro y esperé a que entendiera mi mirada, intenté transmitir adoración y amor en una mirada.
-Te dije que no te enamoraras de mi ¿Por qué eres tan necia?
Respondió mientras fruncía el ceño y me besaba.
Sabía dulce, y agrio...
-Me voy a ir.
Me miró con atención.
-No te puedes ir solo porque no correspondo.
Negué
-No entiendes, me voy a ir del país.
Solo hasta ese momento su rostro reflejó algo más que molestia.
-¿Cómo?
Asentí, me recargue en su hombro y hablé directo a su oído.
-Me iré, no te dije porque nada te importaba, no notaste siquiera en qué momento deje de contarte algo sobre mi día, hace años que ya no somos mejores amigos, pero ni siquiera lo notaste- sentí como apretaba mis muslos- Si soy sincera espero que me extrañes, que pienses en todo ese tiempo que me ignoraste, que ignoraste mis sentimientos porque ahora ya no va a haber oportunidad.
Volteé a verlo, sus ojos reflejaban sorpresa, confusión.
Me veía a mi, pero a la vez no.
-¿Por qué no me amaste?
Le volví a preguntar, pero ya no contestó y la primer lágrima que salió fue de su ojo derecho
-No...