Extraño mucho escribir. Era de las cosas que me definía, una de esas cosas por la que me ubicaba la gente. “El que escribe” “el del libro”, incluso sin haberlo leído pero lo habían visto en redes.
Quizás, justamente la exposición que me dio mi primer libro me aterró un poco. Quería experimentar con la literatura, escribir sobre esos temas clichés sexualizados que vendían como pan caliente en 2019, pero tenía miedo de la percepción de los demás hacía mi, tenía miedo que ese motivo por el que todos se enorgullecían de mi me hiciera ser el motivo de avergonzarme. Vale, tampoco es que iba a escribir porno, pero cada vez que intentaba escribir una nueva historia, como lo fue mi segundo libro que publiqué aquí “El Mafioso” creo que así se llamaba, me dio miedo escribir una historia sangrientamente porque pensaba siempre en quienes las leerían. Por eso, terminé dándole poca promoción y luego la desmotivación de que no me leyeran la historia.
Cuando decidí escribir Amorfosis, sucedió lo mismo que con mi primera novela; empezaron a vincularla con mi vida. Y bueno, que si estaba vinculada. Pero, tenía la limitante de que si todos suponían que era mi vida debía cuidar lo que escribía, ¿y que sentido tiene escribir con tantos miedos?
He tenido que ganar mucha seguridad en mi, dejar de pensar siempre en las opiniones y reacciones de los demás. Este año me propuse terminar Amorfosis, la historia que comencé a escribir hace 3, justamente en marzo de 2021. Y esta vez, prometo serme fiel y hacerlo aún con el miedo de las reacciones que cause lo que escriba.
Así que, mi nombre es Javier Concepción… Y aquí se reanuda lo que soy, lo que evitaba enfrentar, las ganas de escribir que viven en mi.